Llegan y van a su habitación encendiendo su ordenador de potencia más que buena. Abren el link de las cebollas y se ponen a mirar un foro donde hay un tópico que a ambos les llama la atención y corta la conversación entre ambos, ‘’Como encontrar lo que quieres ver’’ y lo abren.
En el hilo hay un usuario que reporta que ha descubierto algo llamado ‘’El anillo de antimateria’’ un link que lleva a una capa de la cebolla que si haces click en el botón que tiene la página te llevará a donde está algo que realmente deseas. Ambos, con mucha curiosidad siguen el link enviado por el usuario.
Efectivamente están en la página del Anillo de antimateria pues lo pone en el título. La página tiene un pequeño párrafo donde pone ‘’Encuentra aquello que anheles sin ni tan solo saberlo’’. Abajo de éste lema hay un anillo que rodea un botón que pone ‘’Encontrarme’’. Jöld se lo mira como si no fuera de fiar pues no le da muy buena espina, nunca donde puedes llegar a parar en las profundidades. Por otro lado Hänn muestra una curiosidad demencial y presiona a su amigo para pulsar el botón. Después de un debate acalorado Hänn decide pulsar el botón aún sin tener el consentimiento de Jöld. Se empieza a cargar una nueva página… y aparecen unas coordenadas geográficas, las cuales extrañamente se sitúan a unos 25Km de donde están ellos ahora mismo.
Eso les dio un poco de miedo al que más o menos sabe de que pié se calza por el internet pues parece que alguien quiere que vayan allí. El más imprudente de ellos decide por ambos que irán allí, a ver que hay en esos lares que, por lo que parece quedan un poquito alejado del pueblo vecino, más o menos situado por el bosque. Hacen una foto a las coordenadas y ponen rumbo.
Cogen el coche y se dirigen al pueblo vecino, lo pasan y se adentran a los caminos arenosos con piedras que hay en el bosque. Al parecer ya está anocheciendo pues son cerca de las 6 de la tarde y es otoño. Con las luces encendidas y con el último brillo del sol por encima de las montañas de occidente llegan al final del camino que pueden hacer con coche, el trecho que les queda campo a través andando.
Ambos bajan del coche y se adentran en el bosque, mediante el GPS son capaces a duras penas de seguir camino hacia las coordenadas. El camino es arduo pues no está marcado y lo único que pueden hacer es adentrarse en la maleza. Se hizo de noche y la fauna salvaje empieza a despertar de su letargo diurno conllevando ruidos reconocibles y algunos no tanto. Después de estar caminando unos 45 minutos se ve un claro en medio del bosque apuntando hacia el destino de su caminata.
En el claro parece haber una pequeña casucha de madera. Ambos se acercan y la rodean para tantear si entrar o no. Tiene los cristales de las ventanas rotos y la puerta parece que se ha caído. No les pareció ver nada que suponga un peligro, la casa lleva mucho tiempo abandonada. Entonces entraron.
La casa parecía desértica, muebles antiguos prácticamente todos destrozados por el paso del tiempo, juguetes de otra época oxidados y todo gobernado por una tela blanquecina que cubría prácticamente todos los objetos. Nadie había pisado éste lugar en mucho tiempo. Ambos exploraron pero realmente no encontraron mas que alguna baratija la cual en su época podía haber servido de algo aunque ahora era irreconocible.
Viendo que no habían encontrado nada interesante decidieron que debían volver pues las coordenadas parecía que llevaban ahí aunque no había nada de vital interés. Rodearon la casa y se echaron un par de fotos para presumir de su hallazgo. Mientras estaban rodeando el lugar para tomar las mejores fotografías uno de ellos puso el pie en una zarza y se le hundió el pié. Ambos extrañados enfocaron con las linternas y apartaron la zarza dando lugar a una entrada a una cueva.
Decidieron que debían entrar y sin más tapujos así lo hicieron. Era una pequeña sala cavada a mano donde había un par de bancos de tierra y un altar rodeado de unas pocas velas. Se acercaron a observar más de cerca la sala y gobernando el altar de tierra había un libro, un libro antiguo. Uno de ellos lo abrió y era un manuscrito con dibujos extraños de figuras geométricas y un lenguaje no reconocible aunque escrito con el alfabeto común. Lo cogieron y como no vieron nada más en las cercanías pusieron rumbo al coche.
Sin ningún problema más que los alaridos de criaturas salvajes que generaban algo parecido tensión y un ambiento de compañía no-grata llegaron al coche. Ahí ojearon ambos el libro, era extraño y a la vez Jöld sentía una conexión especial con el texto. Estaban hablando sobre temas variopintos y surgió el acoso escolar que le hacía un chico llamado Ren a otros aunque Jöld, con el libro en mano y en parte escuchando y en parte no, estaba absorbido por el libro y murmuró un texto que tenía encima unos dibujos de tres círculos superpuestos que dentro tenían tres figuras de 1, 6 y 9 ángulos respectivamente. Luego de estar hablando un rato decidieron volver a casa.
El día siguiente en el instituto les notificaron que Ren había muerto por una embolia por la noche. Algunos se alegraron de que muriera mientras que otros estaban llorando por su perdida, según los forenses buscarían alguna evidencia más para entender la baja de alguien tan joven tan súbitamente.
Jöld y Hänn no entendían aunque no sentían ni la más mínima pena por ese ser malicioso, tal vez se lo merecía por sus actos viles.