En la búsqueda del camino,
el supuesto vital destino,
ocurren que aprendemos métodos
para crear rutas como modos.
Senderos que sugestionan
el querer alcanzar lugares,
a veces distintos, otras iguales,
siendo quimeras rotas.
Alcanzar el sitio
puede significar pasar el precipicio,
de echar nuestro miedo al fuego,
y apostar por los sueños.
Las estrellas no caen del cielo,
más para no verlas
tienes que ser ciego
y hay que aspirar alcanzarlas.
Mira al firmamento,
aspira en llegar ahí,
a ser esencia de momentos
que llenaron tu fin.
Si crees en algo,
lucha para hacerlo
pues si no el miedo
no te hará realizarlo.