La gente se manifiesta
por la autodeterminación
y pasa largas horas en acción
sin darle a la siesta.
Ésto lo hacen por pasión,
por unas crónicas al pasado
que no quieren ver logrado
por un futuro con visión.
En Barcelona está el germen
que implica la revolución
de ver cual es la decisión
que el pueblo ver quiere.
Un movimiento contra antiguos
movimientos de represión
en minorías no afines
al régimen en dicción.
Parte de la población
no quiere saber de fascismo,
monarquías, odio y racismos
porqué cree en el respeto
y la igualdad de visión.
Y en ese proyecto
de unirse bajo un nombre
fuera de lo recto,
del supuesto orden,
se busca lo predilecto
para que sea forme.
Mientras tanto desde
el centro de la cosmovisión,
la capital del estado,
se manda a letrados
para alternativa escisión
de supuestos condenados
por creer en libertad de expresión.
En falsas propagandas
se fomentan la gente
en condición inherente
a su estado de entenderse
con los las televisiones alabadas.
Desde el centro se crea
con ideas irrespetuosas
en categoría de tabú mental
a los que se manifiestan.
Dicen de rebeldía, antisistemas,
radicales con diferentes temas
a la gente que no calla,
actúa y se manifiesta,
cuando en las ciudades
claman ya los distintos lemas
de libertad y renovación
en éste artificial ecosistema.
Y en todos los lugares
la policía hace la guerra
contra los conscientes
de donde irá si no la breva.