La actual democracia es, ni más ni menos, un reflejo a gran escala de cómo funciona la sociedad. Las personas se unen en grupos afines a sus condiciones y designios para combatir a los que son sus opuestos. La democracia actual se basa en gente de ciertos corrientes de pensamiento unidos por la causa de traer su modus operandi al estado. Por distintos factores como el anclamiento al poder, la no-renovación de ideas y la apuesta por el más afín solo deja que un rastro corruptela creciente a medida que pasa el tiempo y los lazos de los grupos y entidades beneficiadas se afianza.
1. El sistema de partidos
Hay varios factores que promueven que un sistema democrático de partidos sea ineficiente a medio y largo plazo, de manera que a medida que va pasando el tiempo se, la igualdad de oportunidades va en un sentido decadente. Las personas que conforman los partidos van manteniéndose en el poder por más y más tiempo, siendo quienes conocen a sus rivales, a sus beneficiaros y todas las entidades cuya existencia pueden afectar sus políticas. El hecho de que los políticos se mantengan mucho tiempo en el poder podrá suponer muchos problemas a medio y largo plazo en la democracia.
1.1 Larga estancia en el poder, larga lista de contactos.
Cuanto más tiempo te halles en un lugar, más conocerás cuanto ello englobe.
Los políticos tienen tendencia a mantenerse mucho tiempo en el poder, por motivos de salario tanto por otras causas. En los altos cargos, cuyos integrantes se conocen entre ellos y conocen a muchas de las entidades cuyas políticas pueden afectarles positiva o negativamente, aprenden a tratar con ellas buscando un beneficio común. Las políticas suelen estar enfocadas a sectores de la población o de los negocios para generarles una mejoría. Esto conllevaría que con el trato durante largos periodos de tiempo los pactos dejarían de ser por el bien del estado más bien por el bien individual por cambio de favorecer ciertas leyes o decretos para mejorar el estado de un sector.
Esto conlleva a que muchos altos cargos políticos tengan tendencias de tráfico de influencias a empresas o sectores de la población, sea por ganar el voto, por dinero o por algún bien individual cuyo alcance no esté fácilmente disponible a la ligera. Un intercambio para ganar entre dos partes fuera del corriente que debería ser un político, una persona que trabaje para la polis y no por un bien egoísta. Esta finalidad, la de un futuro asegurado supondrá, entre otras cosas, una pérdida de vocación noble de los políticos a cambio de una manera de subsistencia mejor.
1.2. El partido político como medio único para la política
En un sistema donde el individuo está constantemente embaucado en los discursos sensacionalistas, de odio y los que buscan causar cierta emoción para coaccionar al posible votante a unirse, el votante medio dejará de medio sus ideas críticas por los medios propagandísticos. Paralelamente los partidos ya anclados al sistema y financiados por él y las empresas afines no dejarán libre competencia a posibles nuevos partidos y/o candidatos individuales debido a la diferencia de capacidades. Esto supondría una competencia ilegítima porque se premiaría a los partidos anclados probablemente de ideología cuasi inmutable y no se buscarían ideas novedosas que supongan un cambio de aires. Es por ello que posiblemente siempre estén los mismos en el poder, luego sus descendientes afines y nunca o difícilmente haya una renovación de ideas en el gobierno, por lo que el gobierno se volvería corrupto por las tramas con los principales subsidiaros de los partidos.
El apremio a los partidos, cuya finalidad es crear políticos afines a su pensamiento supondrá una crisis en el pensamiento crítico individual del político, pues su única vía de hacer política sería destruyendo su ideario subjetivo crítico por la adopción del ideario planificado del partido que conllevaría paralelamente a que no hubiese renovación de ideas.
La única manera de llegar a las altas esferas de los partidos importantes sería sacrificar la individualidad crítica como político y ser afín a los dictámenes de la élite que ahonda en esos lares.
1.3. La perdida del individuo por el partido
Para ascender en la política necesitas ser afín al partido y a sus líderes. Para ser afín necesitas pensar y actuar por y para el partido. Eso en mayor o menor medida supondrá una deserción del pensamiento lógico fundamentado en la experiencia y ideas del sujeto para la adopción, integración y transmisión de las maneras, directrices y pensar del partido. Su resultado es ni más ni menos cortar las alas a quien lleva una brisa nueva a la política para volverse uno más y poder tener acceso al sistema político. Esto supondrá una falta de pensamiento crítico y innovación de planteamientos e ideas por lo cuál siempre estará en el mismo cabal el ideario medio de los partidos políticos predominantes en el estado. Es por ello que la vocación no existirá, más bien la finalidad para la subsistencia.
A la vez que solo sean capaces de llegar a los altos cargos las personas más afines con el partido, y se mantendrá casi en totalidad el ideario clásico de él, solo serán capaces de llegar cuya afinidad sea capaz de igualar a la de sus precursores, y cuyas maneras y tratos con los beneficiaros sean más lucrativos. Es por eso que con el tiempo y el estrechamiento de lazos entre partidos y beneficiarios la corrupción irá en auge y la ascendencia en la política por medios no afines a un partido será más complicado.