Yo opino que el tiempo es un recurso inmalgastable en cosas vanales, a no ser que nuestro amor nos comporte una felicidad que lo pueda compensar. Pero recuerda, aquello que siembres hoy, que pueda ser para que lo puedas cosechar mañana, sino, habrá sido en vano.
El tiempo. ¡Ay el tiempo! Esta es la única variable que sabemos a ciencia cierta que se mantendrá estable y inmanente durante nuestra corta estancia en este inmenso cosmos en el que vivimos. Como muchos habréis oído alguna vez: ''El tiempo es oro'', pero realmente tiene más valía que cualquier elemento material, pues su valor es incalculable, así que aprovechadlo bien mis queridos lectores, pues sino tendréis toda una vida por delante para arrepentiros de vuestros actos, aunque no es lo que yo os recomiendo. En todo caso, para aprovechar los errores de un pasado basta con no cometerlos de nuevo en un futuro y así alternar con nuevas estrategias. La práctica de nuevos senderos ayudará a tener más vista periférica y observar cosas que antes nunca nos habríamos fijado en ellas por culpa de mantenernos siempre en una misma rutina sin pensar en las opciones que en realidad tenemos al alcance de nuestras manos. Todo está allá donde queramos fijarnos. Por eso recomiendo hacer todo lo posible para tener un punto de vista ancho, objetivo y nuestras razones (motivos) bien argumentadas. Nos ayudará a tener convicciones más firmes y bien argumentadas. Esto nos ayudará a tener argumentos más sólidos a nuestros ojos, pero, realmente a ojos de un cualquiera no tiene porque, pues, aquel que nos juzgue tal vez no los sabrá a primera vista, pues, sino conoce nuestros argumentos, no nos entenderá íntegramente. Hay que añadir que el valor del tiempo está estrechamente ligado a la moralidad del bien en dichas situaciones concretas. El bien (particular y colectivo) lo vemos durante toda nuestra vida al analizar situaciones para adaptarnos al medio en que vivimos o simplemente por mera curiosidad como es el caso de cuando vemos una película o leemos un libro. Esto es llamado empatización con el entorno, aprender, conocer, intuir, analizarlo, y es una cosa muy sana y recomendable. Aprender aquello que es bueno nos llevará toda una vida de sacrificios inertes, por eso es importante escuchar la voz de la experiencia de otras bocas que nos deseen el bien inocentemente, pero, no quedarnos exclusivamente con el consejo, sino, pidiendo argumentos para que solidifiquen la base que nos ha creado y podamos apreciar y entender aquellas posiblemente sabias palabras. En la profundidad de sus argumentos llenos de amor, solo nos desean ahorrar tiempo, hacernos felices en base a su ideal de superyo (persona a la que desean llegar algún día).
Yo opino que el tiempo es un recurso inmalgastable en cosas vanales, a no ser que nuestro amor nos comporte una felicidad que lo pueda compensar. Pero recuerda, aquello que siembres hoy, que pueda ser para que lo puedas cosechar mañana, sino, habrá sido en vano.
0 Comentarios
La piedad es un valor moral que defiende la existencia de un elemento por medio de la moralidad entre la vida y la muerte de dicho. Por ejemplo, para tener piedad de una cosa implica que tu toleres dicho elemento, y por contra, no tener piedad de una cosa quiere decir que no te advienes a las reglas impuestas sobre la moral para juzgar y forzar una situación ante dicho elemento.
La moralidad, es decir, el juicio de un acto mediante la balanza de dicho entre el bien y el mal es clave para entender el concepto de piedad, pues la propia piedad es una creación de la moral, como muchos otos actos aplicados desde una perspectiva, como pueden ser la inteligencia, el ingenio o la astucia. La piedad en sí, podemos decir que se trata de un medidor de tolerancia de un elemento por su vida. Lo podemos apreciar en las pasadas guerras santas (cruzadas o jihads), donde se defendía que lo único que se podía tolerar eran las personas del credo correcto (a su parecer). También podemos apreciar el ejemplo del uso de la piedad en las purgas étnicas, donde no tenían piedad de la ''raza'' afectada, como es el caso de los nazis con los judíos y los discapacitados durante la segunda guerra mundial. Por otra banda, la piedad ha sido la madre de todas las leyes y derechos, pues defiende la dignidad y los derechos fundamentales para la vida de una persona o elemento vivo. También es la madre de otro elemento, el honor, pues ambas valoran la pureza de un acto, pero la piedad mide si el acto merece la vida mientras que el honor mide el privilegio del acto en base a su calidad. La piedad es algo de pié de calle, se puede apreciar fácilmente, pues lo podemos ver cuando una persona tiene vulnerabilidad y la otra tiene la potestad de decidir sobre algo que afectará directamente a la persona vulnerable. Mientras haya piedad, habrá esperanza para los vulnerables. Suena a mentalidad de rebaño, pero es así, pues la piedad mide el bien de una acción en base al bien común. XL
Rimas egoístas Llevo rimas de rencor, situaciones en las que siento estupor debido a unos pensamientos que se guardan en mis tormentos. ¿Porqué del narcisismo? ¿Porqué del ego asimismo? Normalmente de una causa guardada en arrogancia. ¿Qué es el querer? Buscar arreglo a nuestras carencias, hallazgos de nuestras experiencias que cercan nuestro quehacer. ¿Y el nacer de la egolatría? Ocultar lo que se muestra, nuestra agonía. Solo se que es tóxico, raíces del vertigo obviamente a lo obvio. Los evolucionados le buscarán remedio, aceptar las críticas del medio. Aceptar que son constructivas y no buscarán más que mejorar sus agónicas rutinas en el mero azar. XLI Reír o llorar las sendas del azar, perspectivas del corazón, retos de la intuición. Vivir y disfrutar, los sones rimar. Vivir y sentir para no morir. Cuál es mi camino en las ondas del destino que tan ansiadas espero en la presencia de lo mero. Vivir reflexionando cosas al andar, vivas imágenes de mi cabeza, vivas imágenes del azar. XLII ''A un conocido'' ¿Porqué? Tu te guías por la razón, el uso del camino fácil, en verso al corazón. Ayer robabas, hoy sigues haciendolo y no buscas engendrar aquello que te enseñaron en tu propio hogar. Guíate por lo lógico, por la ética, la moral, no por todo aquello que sigue rozando los límites del mal. ¿Qué te tengo yo que decir? Solo soy guía de mis pensamientos. Descorazonados, améritos, peregrinos de mis tormentos. Yo solo intento aprender, en los míos confiar, no como tu que te guías por una falsa sensación de verdad. Y allá yacen los augurios, los ''no debes confiar''. Más mil situaciones repetidas que no me hacen cambiar. No es que no me adapte ni que no entienda el lenguaje siseante, es que yo elegí creer y llevar la esperanza como estandarte. XLIII El velo ilusorio, a mis ojos un grimorio que hace crear más tarde una tormenta sin hogar. Creo en el deseo de lo mundano, lo primordial, lo primero, guiado por la intuición, el verbo en sí en acción. Guíate por lo entendible, lo sencillo, no le des más vueltas a aquello que no es intuitivo. Más en el caso que tires por el surco complicado, más con el tiempo deberás haber reflexionado. Deberás prevenir aquello que en un pasado te ha hecho sufrir. Pues sino tonto serías, masoquista en cierta medida o inadaptado de las rías. Más con cuidado deberías andar sobre las frías piedras oscuras, vacías. Más no debes en las artimañas caer destrozando tu premeditado deber. XLIV Grito latente que estas en mi mente, guardas tu mis secretos, verdes, vivaces, aprendices de mis tormentos. ¿Qué sera de mí, de mi pensar? Mil caminos iré erigiendo hasta que encuentre aquel que vaya a mi preciado hogar. Éste hogar será hecho a mi propia medida, con mis pertrechos, pero siempre con salida. Pues quien sabrá que yo algún día otras días quisiese rimar, y así escapar de mi rutina. Para adentrarnos en este submundo esotérico primero tendré que hacer un pequeño inciso: la magia que me estoy refiriendo en éste artículo no es la magia tradicional como nosotros la entendemos, no es el ilusionismo que estamos acostumbrados a ver en los espectáculos. La verdadera magia está estrechamente ligada con las ilusiones, pero las de los comportamientos de las personas o entes vivientes. La magia en si es el estudio de la posibilidad del lenguaje del corazón, racionalizar las acciones entendiendo los sentimientos o orígenes de dicha acción. Para entenderla damos uso de la herramienta que nos caracteriza como entes vivientes, la intuición.
La magia se aprende mediante la práctica y error de la videncia de acciones en unas circunstancias concretas en base a los patrones canónicos que hemos aprendido durante la vida. Para ello utilizamos la empatía. Para vislumbrar la acción utilizamos la moral de la otra persona para identificar los ''Porqués'' de la persona con la que estamos experimentando, pero para ello requiere de un estudio exhaustivo de los cánones de la moral, que podemos practicar mediante la filosofía y la reflexión. Para entender los porqués necesitamos de experiencia, y mucha capacidad de empatización, ponernos en el lugar del otro, representando todas las amenazas y o actos que le comportan felicidad al objeto de nuestro estudio, así podríamos entender el motivo de su acción y comportamiento. La magia se trataría de una disciplina de estudio que conlleva de moral, filosofia e psicología. También se trataría del estudio de las esferas de poder que ya mencioné en otro artículo, entender las debilidades y los puntos fuertes de cada una de ellas y porque se han generado en nuestra perspectiva. La magia tiene su uso en el día a día de cualquier persona, al menos la real, la que se guía del lenguaje del corazón y de su anzuelo de oro (el amor). Todo está ligado por este último, y por eso mediante la metafísica se debe estudiar(para tener una perspectiva mas o menos objetiva), pues entenderlo es todo un reto. Por eso hay rituales y prácticas para llevar a cabo experimentos de magia, pero realmente la magia está donde no la ves, cuando meramente te dejas hechizar, encantar, guiar ciegamente, pues la magia está en las palabras, en los actos, y en su interpretación. Para ejemplos de hechizos de magia podríamos ver la creación de círculos de poder, la implantación de semillas mágicas y la videncia entre otros. El mago siempre sabe sus trucos, pero confiarlos es una causa perdida, pues si el mago compartiera toda su riqueza intelectual, la magia dejaría de ser magia y se volvería actos mundanos y banales fácilmente entendibles, y por lo tanto, sus trucos dejarían de funcionar. |
Categorías
Todo
AutorHipócrito Páginas de la webArchivos
Marzo 2022
|