Las personas y los animales actuamos respecto a algo siempre, y nos adaptamos para conseguir nuestros propósitos respecto a lo que tenemos en mente para ese objeto (vivo o inanimado) mediante la actuación. La actuación, como ya he comentado anteriormente, se trataría de la imagen que damos de nosotros mismos. Esta imagen que damos está condicionada por los elementos que nos hacen cambiar que serían las circunstancias que nos generan recuerdos o deseos hacia ellas. Las circunstancias nos hacen variar nuestra manera de ser, pues, nosotros nos adaptamos a ellas. Estas circunstancias comprenden lo que sería el entorno. Por ejemplo: Nosotros somos el macho alfa (o al menos lo creemos) y tenemos una situación donde nuestro grupo peligra, entonces lo lógico es que por ser el macho alfa tomemos la decisión que englobe a nuestro grupo, si nos amenazan habrá que actuar, sea huyendo (pérdida de imagen de poder) o luchando (añade poder o al menos valor), entonces será la respuesta de el entorno la que nos dará la respuesta a nosotros y a los observadores, y, a partir de ahí haremos nuestros juicios.
Hay diferentes tipos de imágenes, tantas como atributos, pero las más importantes son la imagen del poder, la de la inteligencia (sabiduría) y la de habilidad:
- La imagen de poder es la que tiene el máximo esplendor con el dominio de las circunstancias físicas mediante la fuerza. Es la más visible en animales que su sociedad solo se rige por la ley del más fuerte.
- La imagen de inteligencia tiene su máximo esplendor en el dominio de las artes que comprenden el conocimiento, con el saber de las cosas. Esta es más visible en sociedades que se guían por el hecho de pensar.
- La imagen de habilidad es la que tiene menos poder pero aún así es importante. Está en todas las sociedades de animales mediante los cargos (trabajos) que cada individuo comprende. Esta imagen es apreciada en los individuos que tienen una tarea y la hacen muy notablemente.