Creo tener razón, pero es mera opinión de un peregrino de los caminos un tanto desubicado en esta sociedad, que lucha por mantenerse entero en éste lugar que nos arrebata pedazos de nosotros con el mero hecho de que son por la causa de alguien que lo merece más. No es así a mi parecer, todos tenemos nuestras necesidades y hay que respetarlas siempre y cuando nosotros, sin necesidad de otros podamos pagarnos nuestros tóxicos vicios.
Una sociedad destinada al suicidio, que remedio. Más bien pensar en una utopía dónde todos podamos confiar en todos por el mero hecho de tener unos valores morales justos y una personalidad buena. Es idílico, lo sé, pero es la esperanza de las pocas buenas personas que aún no se han adaptado a ser malos por culpa del entorno. Espero que éstos pocos refugiados de la banalidad sean fuertes y puedan lograr un mundo mejor, tengo fe.