Las almas, o como nosotros denominamos al qué que nos compone, nos expresa y observamos es un concepto poco preciso, pero nosotros lo relacionamos con lo inestable presuntamente, cambiante pero expresivo. Entonces damos por válido la posesión de alma como razón de nuestros impulsos a actuar, como mínima la propia, a partir de aquí consideramos que otra ''persona'' tiene alma, pués actua sin razón aparente y se justifica en si misma, al igual que animales o plantas, de los cuales no tenemos tal grado de conexión (entendimiento) al igual que con alguien de nuestra especie y orígen, la conexión podría ser parecida a la de personas de orígenes muy distintos manteniendo una conversación sin lenguaje que los una como nexo, pero sin embargo algo sería entendible, como mínimo con cierto tiempo y conexiones gestuales para concebir propósitos y situacions mutuas mediante los conceptos que crearían. Pero que hay de un material, un pedazo de tierra? Supuestamente sea inanimado, pero tal vez seamos nosotros los que no percibimos su cambio como vida pués no imponen su interés hacia nosotros, simplemente existen y se adaptan en su eterna existencia.
Pero porqué los humanos queremos entender a esto que llamamos existencia? Tenemos miedo o curiosidad por lo venidero, a lo que nosotros queremos tranquilizar en plano psicológico con razones tan intuitivas como patrones y conceptos, para calmar las ansias de control por lo que realmente es incomprensible, la realidad, a mi parecer es solo asimilable. Asimilación, posibles instancias repetidas que al ''entenderlas'' nos dán la posibilidad de la manipulación de dichos valores para nuestros propósitos, con una finalidad futura, desde el acto más simple hasta el mas complejo, a partir de las predicciones, actos y consecuencias.
Parece entonces extraño que las emociones sean todas patrones de justificación de nuestro interés inconsciente y inapreciable en ambito propio del actuante hasta su mención, la cuál sea posible que reaccione con un despertar de incertidumbre o con intensificación de dichas traducido en punto de vista racional, ignorando dicho argumento o simplemente aceptandolo y continuando con el rol autoimpuesto por los acontecimientos y reacciones de la persona en cuestión.
Sin sentido, o tal vez sí.