Las masas adormecidas
en un sueño sin fin
hasta que en un confín
encuentren la mano de Midas.
Pagar para encontrar lugar
en tramas del capital,
azaroso y curioso ritual
que a todos juzga
por donde queremos mirar.
Vidas desperdiciadas
en esclavos que no buscan
cambiar sus vidas desprestigiadas
por frutas que surjan.
Empatía se necesita,
en lo común pensar,
de lado dejar la individualidad
que al horizonte no mirar.