El agua que se vierte
puras dunas de cristal,
puertas frívolas y sumisas
a algo llamado deidad.
Que es el morir de las bahías
que dan directo al mar
nubes de dioses
que tal vez se esfumarán.
Y dime cariño mío
porqué ocultas la verdad
sin rencor y sin envídia,
vueltas al recordar,
estremecedor cabal que
un dia llegarás a calmar,
nubes de estelas fugaces llamar
sin nombre y perdón
no sabrás ni dónde irán.
Y allí yacen los buques
de doce a una pautarán,
la pesca de los quince
o la pasión por el alquitrán.
Oh! Las algas ya estaban ahí
entorpeciendo están
vivas o muertas
se retirararán.