El hecho de adaptarnos podemos hacerlo mediante un único mecanismo que yo he observado: el sufrimiento.
- El sufrimiento nos impone unas ganas de adaptarnos mediante la evitación de dicho. Es normal que cuando suframos, sea por alcanzar una meta o sea por inconformismo a la realidad tengamos que usar la intuición para mejorar nuestras circunstancias, todo ser quiere vivir mejor, y esto es un hecho. En primer nivel está vivir, en segundo vivir bien en la escala de el sufrimiento.
Queremos vivir, y esto es un hecho de todos los inconformistas con la realidad, querer cumplir sus metas y disfrutar de nuestras aficiones, queremos vivir nuestra vida, en base a nuestras pautas. Para vivir tenemos tres yoes, el del presente, el del pasado y el del futuro, cada uno basado en las necesidades de cada tiempo y de la persona que fuesémos en ese momento o que queramos ser. A mi parecer, el más importante es el del presente, pues es el que estas viviendo en ese instante y es el que guia a los otros dos: cuando vives el presente piensas en un futuro en base a un pasado vivido, es el que marcará tu futuro pasado, así que se tiene que vivir bien.
Al adaptarte tienes que ser consecuente con tus actos, actuar de una manera de la que no te puedas arrepentir, ser perfecto para tu persona, esto se hace mediante el camino que eliges, y normalmente es hacia asemejarte a tu yo ideal, tu persona perfecta. La adaptación en sí es hacer la perfección para ti, a tu medida, seas conformista o perfeccionista. Todo depende del papel que elijas, del rol que has maquinado para ti, de como te vees en una sociedad futura. Aunque hay veces que no puedas conseguir tu perfección en algunas áreas de tu persona, si que intentarás hacer lo mejor para ti en algunos aspectos, y esos serán tus focos de adaptación. Los focos de adaptación dependen de las personas, de sus rutinas y gustos, cada uno tiene los suyos particulares, sea hacer el bien, hacer el mal o ser útil en una área concreta del conocimiento.