Fantasías del aquí
Exacto no hay nada
solo fantasías
que sin autoría deseadas
reales pueden parecer.
Todo está entre traumas,
cicatrices señaladas
que sin ser perturbadas
no se sellarán nunca.
Por mucha imprenta
y mucho escrito
lo dicho es relativo,
solo se fomenta.
El paisaje urbano
está organizado
entre farolas y casas,
entre palomas y ratas.
Todo sigue un criterio
etérico, sintético,
blisters arrutinados
de personajes arruinados.
Dependencia al sistema
que seguimos como quimera
porque no sabemos
ni quien somos
ni donde vamos.
Entre sollozos
y arquetipos prefabricados
vemos lo obviado
como nuestro como.
¿Qué desearían
nuestros antepasados?
¿Vernos a todos aglutinados?
O libres como hermanos.
Proteger no es obedecer,
es ser de agrado
entre tanto murmurado
intentamos ser cantos decentes.
Buscamos en la mente
lo que dice el inconsciente
aunque solo si se nos miente
podemos ser ignorantes.
Entre realidad y sueños
vemos los pertrechos
de patrones conjugados
por la esencia de astros.
Todo son códigos de luz
transformados en acciones
que sin meras contemplaciones
podremos ver el cielo azul.
Los paisajes son ambrósicos
entre acontecimientos anecdóticos
que no nos dejan pensar
ni reconocer nuestro hogar.
Es insano perder el tiempo
para lograr reconocimiento
si solo se es un maniquí
de conspiraciones del aquí.
Cada uno debe ser individuo
antes que nación o país,
pensar como muchos
para saber llegar ahí.
Y entre tanto choque de realidad
no sé ya ni mi propia edad
en la huida del mimo
que copia lo único vivo.