Todo el mundo desea
que se le ayude sin más,
con tiempo y a veces recompensa,
sin tampoco poder pensar.
Cuando te ayuden,
agradece el favor prestado,
porque quien a sí mismo no se pule
por ti, su tiempo ya habrá pasado.
Muestra las gracias,
pero de verdad,
no con falsas palabras
pues su esfuerzo es real.
Y quien no aprecie
a quien realmente ayuda,
no con dinero si no tiempo,
que no le extrañe
que éste al final no acuda.
Aprende a valorar,
no solo a quejarte
pues quien te quiere
no va a abandonarte.